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LA HISTORIA DEL UNICORNIO 5

domingo, 16 de diciembre de 2012 Autor: Christian. 1:25 a. m.

(De las narraciones de pasado y del futuro)

CAPITULO 5: ALGUNOS AMIGOS


Onix tenía muchos amigos. Se llevaba bien con ellos. Cada vez que el unicornio aparecía todos silenciaban en señal de respeto pero él inmediatamente hacía un gesto amable indicando así que no era necesario tanta reverencia. Y comenzaba otra vez el bullicio y jolgorio. Esto ocurría siempre con los animalitos del bosque.
Tenía muchos amigos. Algunos les contaban sus cosas: Como por ejemplo Wuld un caballo, que tuvo una hembra y una cría, pero que un día desaparecieron. No se sabe cómo: si los humanos se lo llevaron, si se ahogaron en el río. Eso le causaba mucha tristeza a Wuld. Fue es esas épocas que Wuld y Onyx estrecharon amistad.

Wuld era alegre y solicito colaborador en su manada. Era inteligente y experimentado. Onyx valoraba las cualidades de Ould pues veía que era un buen amigo.

También tenía una amiga llamada Nary quien era una mariposa y siempre tenía mucho cuidado de sus vestidos que usaba y su aspecto en general: Era muy bella, aunque la mayor de las veces no se daba cuenta de ello. Soñaba buscando un amor que la llenase del todo. La pobre primero conoció a una mariposa caprichosa que no supo recibir su amor. Ella recapacitó y se deshizo de ese mariposa caprichoso y, consultando con Onyx, decidió tener mucho cuidado para volver a enamorarse. Pero la pobre Nary padecía de enamorarse de quien no debía. Luego conoció a un abejorro, pero como es sabido los abejorros sólo vinen por temporadas, se enamoraron unos días y luego él dejándola; la entristeció. ¡Pobre Nary! siempre tan sensible para con los demás y ellos tan insensible para con ella. Por ello siempre conversaba con Onyx pues le agradaba hacerlo y sabía que podía contar con un amigo.

Y así podríamos seguir hablando de cada uno de sus amigos. Por ejemplo Agiel un tímido y veloz cervatillo de grandes y brillantes ojos café. A veces caminaban juntos, Onyx y Agiel, por horas. A Agiel le gustaba dibujar con sus patitas, en la tierra húmeda, la naturaleza que veía. Era muy tímido y tenía un gran buen corazón.

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